(Por Oscar Albini) Ya pasaron cuatro años de tú partida física, cuatro años con un vacío tremendo.
Un vacío de concejos, de reflexiones, de discusiones pero por sobre todo un gran vacío de amistad.
Un vacío que desde lo personal intento compensar a través del tiempo, con la satisfacción de haber podido compartir momentos de nuestras vidas caminando juntos, con grandes sueños.
Tu capacidad de liderazgo hizo que la Unión Cívica Radical volviera a la escena política de manera trascendental, lograste atraer a una gran cantidad de jóvenes, buscando su formación y capacitación para generar nuevos dirigentes a través del Instituto Lebensohn. Siempre reivindicando la actividad política partidaria como herramienta para poder cambiar la realidad.
Siempre admiré tu gran capacidad y vocación de diálogo. Sabías escuchar y entablar conversaciones con todos, pero por sobre todas las cosas nunca buscabas imponer una idea a la fuerza, sino que buscabas persuadir y convencer con tu idea.
Tus convicciones, tu simpleza y tu manera de ser, te permitieron llegar y penetrar, en muy poco tiempo, en los distintos sectores barriales, sociales, sociedades intermedias, traspasando las puertas del radicalismo.
Hoy la ciudad te recuerda y reconoce, porque en cada camino que transitaste dejaste tus huellas.
Hasta cualquier momento Amigo.