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lunes, abril 29, 2024
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Tres mil kilómetros de viaje en bici

Luego de replantear su rumbo, Medina arribó a suelo brasilero tras un viaje de casi 9 meses • Antes recorrió los Estero del Iberá y Misiones • Ahora disfruta y se asombra de la solidaridad del pueblo carioca.

El primer día del año, el mercedino Diego Medina partió en bicicleta con intenciones de llegar a Mendoza, luego cruzar a Chile, y tras recorrer el sur del Pacífico, retomar el camino argentino para llegar hasta el fin del mundo: Ushuaia. “Ahí me replantearé lo que haré de mi vida” contó tras pedalear sus primeros kilómetros. Un par de meses después, en la provincia de Córdoba y a poco de cumplir los primeros mil kilómetros pedaleando, anunció un cambio de planes.

“Estoy en la mitad de Altas Cumbres (Córdoba), pero cambié el rumbo”, contó. “Me voy para el norte con intenciones de llegar a Brasil, la idea es hacer Santa Fe, Corrientes, Misiones y después Brasil, a ver qué onda la experiencia”, narró entusiasmado.

La semana pasada, sin pensar en las elecciones que tuvo frenético a medio país, Diego Medina arribó a suelo carioca.

“Después de Córdoba, me fui para Santa Fé. Diría que pedalee casi toda la provincia de punta a punta y llegue a Reconquista, Santa Fe, y de ahí me cruce hasta Goya donde me esperaba un amigo, un hermano de la vida”, contó. A Goya fue invitado por su amigo con planes de llegar en la fecha que se realiza la Fiesta de Surubí. “Estuve en la fiesta, es un evento súper multitudinario. Ahí estuve casi un mes, estuve vendiendo calcomanías en la plaza y junte unos cuantos pesos”, dijo.

Tras ese paso por Goya fue a Mercedes, Corrientes. “Quería cumplí con parte de mi plan que era conocer el santuario del Gauchito Gil; lo conocí y de ahí hice una travesía muy inquietante recorriendo los Estero del Ibera por Carlos Pellegrini. Fueron 170 kilómetros de ripio, muy roto, fue un desafío físico y mental. Hice algunas excursiones y conocí la fauna autóctona, fue increíble”, contó.

Luego de ese viaje conociendo la rica fauna y flora correntina, Medina se subió a la bicicleta y –nuevamente por ripio- llegó “a la ruta 12 a la altura de un lugar que se llama Puerto Valle y ahí estaba a 60 kilómetros de Posadas. Y Misiones era uno de los lugares que quería conocer y en Posadas estuve en un evento de motos como una semana. De ahí me fui al Dorado donde estuve como dos meses parando en la casa de un amigo, ahí conocí mucho Misiones, las cataratas y todo eso, pero en colectivo, porque quería cuidarme”.

Tras días de recorridas turísticas sin utilizar la tracción a sangre, volvió a pedalear hasta llegar al “El Soberbio”. “Es un lugar hermoso, donde está el salto de Mocona, estuve una semana ahí”, contó el mercedino tras pedalear casi tres mil kilómetros.

“De ahí, finalmente, pasé a Brasil. Que era lo que había planeado”, dice entusiasmado aunque admite: “el primer día no la pasé bien porque se me rompió la “bici”, se me quebró el manubrio y yo no hablaba el idioma … bah… hoy tampoco lo habló” dice riéndose.

Lo cierto es que se encontró con un pueblo muy solidario. “Eso me habían dicho pero no pensé que era tan así. Sin hablar el idioma, se me acercó una persona que vio lo que me pasaba, me hizo seña de que lo siguiera, y llegamos a un taller donde soldó el manubrio” cuenta sorprendido.

“Hace una semana que entré a Brasil es una experiencia maravillosa, estoy pedaleando sus rutas, conociendo sus animales, adaptándome al idioma, estoy demasiado contento por cómo me trata la gente. Es un pueblo muy religioso que tiene una norma moral que a nadie le puede faltar comida, es normal que me ofrezcan comida o dinero para no pasarla mal”, dice y agrega otra anécdota solidaria: “Hoy pinché la bicicleta en la ruta, es algo que soluciono fácilmente porque me pasa bastante seguido. Pero estaba en eso y frena un auto. Le expliqué que ya estaba arreglándome, y me ofreció una vianda… y yo la acepté. Después veo que da una vuelta en U para irse, con lo cual no estaba de paso, sino que se había desviado para ir a ayudarme. No solo eso, al ratito llega y me da 20 reales y me desea buena vida y que Dios me proteja”, narra emocionado.

Hace casi 9 meses que salió de Mercedes y lleva pedaleado casi tres mil kilómetros. Salió pensando llegar a Ushuaia y ahora dice que su destino serán las playas del sur. “Quiero llegar a la playa antes de septiembre, y conseguir un trabajo y un lugar para vivir. Establecerme, trabajar la temporada, ganar dinero y eso invertirlo en la bicicleta y seguir hacia el norte para conocer Río de Janeiro y las playas paradisíacas…. Y después seguir subiendo para Venezuela, y más al norte. Ahora se presenta difícil, pero también se presentaba difícil cuando decidí venir a Brasil”, reflexiona.

Mientras descansa en un hostal de Passo Fundo cuenta que hacía mucho no dormía en cama. “Bolsa de dormir y carpa fueron mis últimas noches” dice y hace mención a que “hay mucha gente muy feliz por mí, gente que conocí en este viaje increíble y gente de Mercedes”, aclara.

A pesar del recorrido “la bicicleta se viene portando bastante bien. Aparecen problemas, pero me creo capaz de resolverlo cuando surgen … eso es muy importante. Pero temo que la bicicleta va a llegar a la costa muy al límite”, analiza y no descarta que en su alto para trabajar invierta en una fuerte suma de dinero en cambiar la bicicleta o repararla a full.

“Me pasaron muchas cosas en el viaje, muchas en este tramo en Brasil, pero las pude resolver gracias a la calidez de su pueblo”, confiesa el hombre que se fue de Mercedes tras celebrar la llegada del año nuevo, sin siquiera sospechar que la primavera lo encontraría en las playas brasileras.

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