Alicia Ester Paiva, Tino Rodríguez y otros vecinos pusieron en marcha un proyecto para solventar las necesidades del barrio • Se trata de una cocina solidaria que brinda alimentos para quienes se acerquen a cocinar, fomentando la unión de la comunidad.
Alicia Ester Paiva y Tino Rodríguez, dos vecinos del barrio Los Robles llevan adelante una iniciativa barrial que busca tanto la unificación de los vecinos como también palear las necesidades básicas que se presentan en estaos tiempos.
Es por ello que, junto a numeroso grupo de vecinos llevan adelante una cocina solidaria, dándole vida a un proyecto que surgió hace algunos años y finalmente, pudieron materializar al final del 2023.
Lo que la pandemia nos dejó
Durante el 2020 y el 2021, la pandemia de Covid 19 impactó de lleno en nuestras vidas, aislándonos entre otras cosas, para mantener la salud y evitar los contagios.
Esta compleja situación llevó a que Alicia y Tino crearan un pequeño grupo familiar para mantenerse unidos y de manera segura. A partir de allí, la hermana de Alicia, Silvia Paiva propuso la idea de orar en conjunto dado que ella es pastora y esa unión motivó a que otras personas se sumaran a la propuesta.
Ese fue el puntapié inicial para el proyecto que al día de hoy funciona en el EPI del barrio Eva Duarte (5 y 54).
“En ese contexto empezaron a surgir las necesidades de las personas donde una de ellas fue la cuestión de la alimentación. A partir de allí surgió la idea de crear una cocina solidaria con un complemento de huerta para trabajar la propia tierra” expresó Alicia.
Sin dudas, la idea era buena y con la motivación de Alicia, Tino y otros vecinos que se sumaron a la propuesta, comenzaron a mover los hilos necesarios para convertir el proyecto en realidad.
En ese sentido, Alicia mencionó que “el proyecto consta de cocinar todo juntos y de ahí, aquellos que se sumen a la cocina, se llevan la comida a sus casas. Hay que venir a la cocina a cocinar para poder llevarse los alimentos” agregado que este encuentro deja también el aprendizaje del oficio de cocinar y conocer el valor nutricional de los alimentos como parte del proceso.
Punto de partida
Con la idea en mente, los vecinos del Barrio Los Robles solicitaron un lugar en el municipio, quien les permitió llevar a cabo este novedoso proyecto en el EPI del Eva Duarte. A la par, comenzaron pidiendo algunos alimentos a la secretaría de Desarrollo a la Comunidad que les entregó algunas donaciones como para poder iniciar.
“Recién el 18 de noviembre del 2023 conseguimos hacer la primera prueba piloto de este proyecto” mencionó Tino, recordando esa primera noche donde solo fueron 4 personas.
Sin embargo, la noticia corrió rápido y los vecinos fueron acercándose al lugar ampliando cada vez más la propuesta. “Hoy ya somos como 15 personas las que nos juntamos en este proyecto incluido jóvenes, mayores y menores de edad como también personas discapacitadas del barrio que se sienten gratificados por venir a formar parte” sostuvo Alicia.
En ese sentido, manifestaron que “es llamativo que las primeras personas que fueron llegando son adolescentes de 16 y 17 y 18 años que han mostrado una voluntad y una ganas de trabajar que genera un clima muy lindo, de alegría y compañerismo. Además, en el medio van surgiendo otro tipo de necesidades que tratamos de solventar pese a que no sean del ámbito alimenticio” demostrando también lo positivo de generar este grupo en el barrio para atender las necesidades en conjunto.
Asistencia y autogestión
Si bien esta cocina solidaria tiene solo algunos meses desde su inicio, lo cierto es que poco a poco se van sumando nuevos protagonistas y desde el grupo, aspiran a la posibilidad de la autogestión como uno de sus objetivos principales.
Claramente que esto no es sencillo y es por ello que tanto Tino como Alicia se encargan de gestionar todo tipo de ayuda para mantener viva esta idea.
“Al pertenecer a la Iglesia Metodista Libre nosotros presentamos este proyecto y finalmente fue elegido. Vinieron los directores de las iglesias metodistas de la Argentina y ellos nos brindaron su apoyo para la continuidad de esta idea. Van a colaborar con utensilios de cocina, freezers, electrodomésticos, un horno pizzero más grande que el que tenemos para poder hacer una mayor cantidad de producción” comentaron.
Remarcando esta colaboración de parte de la Iglesia, ellos recordaron la visita de Rodrigo Rosada, director de las Iglesias Metodistas de la Argentina y de Tania, directora del Espacio Transformador de Iglesias, quienes eligieron la propuesta de Tino y Alicia para colaborar.
En ese sentido, y continuando con la idea de la autogestión, el pasado sábado realizaron prepizzas y las vendieron a los interesados con el objetivo de recaudar fondos para seguir cocinando. Además, se suma la propuesta de poder replicar la iniciativa en el resto de la comunidad mercedina.
“Si bien el proyecto es muy nuevo y vamos paso a paso porque también estamos aprendiendo a cómo hacerlo, el objetivo es que sea cada vez más grande y también poder replicar esta misma idea en otros barrios. Nosotros queremos poder charlar con personas que puedan llevar adelante una propuesta similar donde el que trabaja se lleva su comida fomentando así la dignidad de las personas” expresó Tino.
Acceso a la tierra
Pese a que la propuesta está comenzando, lo cierto es que desde un principio ellos pensaron en articularlo con una huerta barrial para dotar de alimentos al proyecto.
Si bien eso también lleva de una gestión de parte de los vecinos, lo lo cierto es que ya están avanzadas las negociaciones para contar con la huerta propia.
“Solicitamos un espacio verde que se encuentra detrás de la sala de primeros auxilios y ahora debemos alambrar para cerrar el cerco poniendo los palos. Vamos a ver si podemos utilizar algunos de las ramas que dejó el temporal del año pasado como para reutilizarlos” expresó Tino.
“Por este tema también ya hablamos con el municipio y nos dijeron que cuando llegue el momento nos van a ayudar con el trabajo de la tierra y con las semillas” agregó Alicia, quien destaca la ayuda de todos y el compromiso de los vecinos.
De esta manera, este matrimonio del barrio Los Robles logró poner en marcha una idea surgida de la necesidad alimenticia y poco a poco, van ganando la confianza de sus pares.
“Somos un grupo muy unido donde todas las opiniones valen sea de quien sea y siempre buscábamos una solución para las necesidades del barrio. También es una forma muy interesante de relacionarnos con los vecinos que por ahí conocíamos más de vista pero no tan profundamente como lo estamos haciendo ahora y se genera otra dinámica” concluyeron.