En la última sesión del HCD, la vecina Andrea Briones ocupó la banca participativa para exigir medidas concretas ante los daños físicos, emocionales y ambientales provocados por los festejos del 21 de septiembre • Su exposición conmovió al cuerpo legislativo y visibilizó el sufrimiento de personas vulnerables y animales afectados por el uso de explosivos.
Con una carta firmada por Andrea Briones, en representación de numerosas familias afectadas, se solicitó formalmente la banca participativa para la sesión del 13 de octubre. El objetivo: dejar constancia de los hechos ocurridos el pasado 21 de septiembre, cuando los festejos estudiantiles desbordaron los límites del respeto y la legalidad.
Durante su intervención, la vecina expuso con firmeza y dolor las consecuencias que la pirotecnia sonora genera en personas con condiciones de salud delicadas, como pacientes oncológicos, niños y adultos con autismo, esquizofrenia, trastornos neurológicos, veteranos de guerra, bebés y ancianos. También denunció el impacto ambiental, mencionando la muerte de aves y el desequilibrio del ecosistema local.
Recordó que en 2017 se aprobó la ordenanza 7954, que declara a Mercedes como territorio libre de pirotecnia sonora, prohibiendo su uso, tenencia y comercialización. Sin embargo, la vecina señaló que dicha normativa fue vulnerada durante los festejos, y que las sanciones actuales —multas económicas— resultan ineficaces. “No queremos más multas. Queremos trabajo comunitario en centros de salud mental, hogares de ancianos y espacios de discapacidad”, reclamó.
Briones también pidió que las promociones estudiantiles sean acompañadas por adultos responsables, que se eviten las caravanas escoltadas por fuerzas de seguridad, y que se implementen talleres de convivencia y respeto. Denunció el consumo de alcohol por parte de menores, muchas veces facilitado por sus propios padres, y exigió la intervención de organismos locales para prevenir futuras situaciones de riesgo.
En su discurso, la vecina cuestionó la falta de acción de diversas áreas municipales, como Seguridad, Juventud y Medio Ambiente, y lamentó que el municipio no haya apelado ante la Corte Suprema cuando se cuestionó la constitucionalidad de la ordenanza que prohíbe la pirotecnia sonora.
“Soy una mamá con mucho dolor desde que diagnosticaron a mi hijo con autismo y esquizofrenia. Desde el 21 de septiembre no hay médico que pueda regularlo. Llora, se golpea, y volvió a conductas que no tenía hace años”, expresó conmovida. También relató el sufrimiento de los animales y el daño al planeta, reafirmando su compromiso con una sociedad más humana y empática.
El cierre de su intervención fue un llamado urgente a la reflexión: “Los derechos de ellos terminan donde empiezan los nuestros a vivir. Queremos pasar un 21 de septiembre en paz, saliendo en familia a cualquier punto de la ciudad”.
El Honorable Concejo Deliberante recibió con respeto y aplausos el testimonio de Andrea Briones, que dejó planteado un desafío para poder solucionar esta problemática que reaparece cada año en la ciudad.